LA DANZA DEL ESPÍRITU...
Para proyectar nuestro verdadero yo, hemos primeramente de atender nuestras emociones, conocernos desde esta perspectiva, atendernos, escucharnos y amarnos... solo entonces reconoceremos una forma constructiva para relacionarnos con nosotros mismos y los demás.
Actitudes, pensamientos, comportamientos, acciones o reacciones, no importa que tan oscuras puedan parecer... Todas ellas hacen de la condición humana un excelente terreno para ejercitar el verdadero amor... A veces duele mucho percibirnos como no auténticos, no íntegros, no coherentes o dignos… En esos momentos suelo percibir que tenemos frente a nosotros una excelente oportunidad para amarnos incondicionalmente y soltar esas expectativas espirituales erróneas que encierran rechazo, inconformidad, frustración o dolor.
NADIE TE MIDE
Me he dado cuenta que el amor no es como lo pintan ciertas creencias y tradiciones religiosas, metafísicas, esotéricas, filosóficas o teosóficas en donde dan por sentado situaciones que no reflejan el espíritu del amor incondicional.
Desde la inconformidad y rechazo con lo que somos, tan solo veo que transitamos por un camino que nos aleja de la bondad hacia nosotros mismos... tal parece que reunir meritos importa más... mucho más, que sostener una imperfección para sembrar amor en medio de esas formas de comportamiento que solemos calificar de absurdas, oscuras, contaminantes o perniciosas.
Siento que cuando nos duele una forma de actuar, se asoma una identidad que necesita del mérito para sentirse bien sin entender el amor.... también percibo que solemos estar llenos de insatisfacciones con nuestra forma de ser a tal grado, que ello nos aleja continuamente del momento presente, donde lo que somos no es suficiente y prolongamos una lucha que nunca termina.
También descubrí que desde la forma que se nos ha propuesto para poder ser espirituales y dignos, existen varias ideas que provocan tensión y conflicto con nuestra parte humana, siento que se han estado promoviendo creencias falsas con apariencia de verdad durante cientos de años dentro del ámbito espiritual para hacernos sentir indignos, culpables, separados e incompletos... El temor y la condena son las armas que esgrimen representantes de un falso dios que nos retratan como avergonzado de su obra.
Supuestamente hay muchas cosas que están mal con nosotros y ellas son la causa e impedimento para poder ser iluminados, avanzados, divinos o ascendidos... Me pregunto si eso será verdad… la experiencia me dice lo contrario… Entre más entiendo el ser humano y lo integro paso a paso, mas comprendo la divinidad y la naturaleza del amor de Dios.
Resulta que la ascensión no es un asunto de abandonar esta dimensión o planeta, tampoco se trata de adquirir dones especiales o recordar vidas pasadas, si no tan solo de ampliar nuestra consciencia dentro de esta densidad para sembrar amor. Somos un portal inter dimensional, poseemos un corazón alquímico dotado de gran poder transmutador y creativo.