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¿Sabías que el orden de nacimiento influye en tu personalidad? el hijo mayor, del medio y menor son


Mientras los primogénitos tienden a intentar liderar en todo lo que hacen, los más pequeños siempre saben salirse con la suya y los del medio toman un rol más conciliador.


Dentro de una familia de varios hermanos que tuvieron la misma crianza, amor y atención, sus personalidades variarán según su orden de nacimiento, según afirman varios estudios psicológicos realizados en los últimos 50 años.




La forma de ser se ve influenciada por la proyección que los padres hacen desde su rol de autoridad y exigencia. Así, por ejemplo, un hijo único recibirá toda la atención por lo que su constante aprobación o desaprobación lo hará ser perfeccionista en sus decisiones. Pero los niños que crecen en una familia de hermanos van desarrollando roles dentro de la familia, y estos parecen tener relación con el orden en el que llegan al hogar.



¿Por qué existen estas diferencias? Los especialistas han llegado a la conclusión que las personalidades difieren como parte de diferentes estrategias para ganarse la atención de los padres; mientras los mayores lo hacen frecuentemente buscando su aprobación, los más chicos lo más a través de actos rebeldes.




Los tipos de personalidad según el orden de nacimiento



El hijo mayor: liderazgo



Los primogénitos tienden a sentir un peso sobre sus hombros de ser “el ejemplo a seguir”, por eso su personalidad es bastante perfeccionista y autoexigente. Siempre quieren cumplir algún logro y generalmente se destacan en el colegio. Suelen tomar la actitud de liderazgo y buscan ser los primeros en todo.



"A los primogénitos se les imponen unas reglas más estrictas. A medida que van naciendo más hijos, los padres se relajan", afirmó el psicólogo Kevin Leman al medio estadounidense The Huffington Post.



La teoría de distintos estudios afirma que el hermano mayor es más propenso a sentirse identificado con la autoridad y con el mantenimiento del status quo. Es más probable que se desempeñen en posiciones de liderazgo y se esfuercen por conseguir más éxito en sus vidas. En este sentido son más metódicos y ordenados para cumplir sus metas y sueños.



Algo que también caracteriza a los primogénitos es que suelen ser más adaptables y diplomáticos cuando no comparten la opinión del otro. Esto puede ser una repercusión de su constante búsqueda por complacer a sus padres y a los que lo rodean.



"Los primogénitos tienden a ser responsables, competitivos y convencionales, mientras que los nacidos después tienden a distinguirse de los demás y a crearse un hueco específico mostrándose bromistas, cooperadores y, especialmente, rebeldes", escribían los psicólogos belgas Vassilis Saroglou y Laure Fiasse en un artículo que se publicó en la revista psicológica Personality and Individual Differences.




El hijo menor: siempre se sale con la suya



Al ser el más pequeño, el último de la familia o el “concho”, como muchas veces suelen llamarlos, los hijos menores tienden a tener una personalidad bastante creativa que siempre los hacen salirse con la suya. Los padres –a esta altura- ya se han relajado con las exigencias, por lo que muchas veces son más permisivos y eso da cabida para que la personalidad del más chico sea más creativa e impredecible.



Según los estudios psicológicos, la personalidad de los hijos pequeños es marcadamente diferente del resto de personalidades de los hermanos mayores. Estos tienden a ser más creativos, rebeldes y a llamar más la atención.



"Los hijos pequeños son manipuladores, sociales, extrovertidos, se venden muy bien… De niños se salen con la suya siempre y saben cómo ganarse el favor de la gente", aseguró Leman.



Sin embargo, no se debe confundir esta espontaneidad del menor con tendencias delictivas, ya que un estudio destaca que no hay relación entre ser el hijo más chico y desarrollar comportamientos problemáticos, como muchas veces se sugiere.




El hijo del medio: conciliador



Su rol muchas veces es el más difícil ya que si el mayor lucha por la atención y aprobación de los padres, y el menor por salirse con la suya, ¿dónde queda la voluntad del hijo mediano?



De los hermanos, el del medio siempre suele ser el conciliador, el pacificador y el que tolera cualquier juicio. Según Leman, los del medio tienden a desarrollar personalidades que destacan por la simpatía y lealtad.



En su condición de mediadores suelen tener mejores capacidades para entablar relaciones con cualquier persona, independiente de su edad e intereses. Son sociables y tolerantes. Además, Leman agrega que "los hijos de en medio son difíciles de intimidar y tienden a ser muy leales y a tener en gran estima a sus amistades".




¿Y el rol de los padres?



Cada hijo debe tener un cuidado y trato especial. Los padres deben guiar y ayudar a cada hijo en su viaje particular y personal, que siempre será distinto al de su hermano, afirmó al Huffington Post el experto en desarrollo infantil, Gail Gross.



"Es necesario permitir que lo hijos descubran su propio destino, sin importar el papel que tengan en la familia", recomendó el doctor.



Por eso, el rol de los padres es respetar las diferencias que hacen único a cada hijo y destacar la diversidad de sus fortalezas y virtudes. Además, ayudarlos a corregir sus defectos sin fomentar la competencia entre hermanos. Porque a fin de cuentas, a pesar de que sean todos distintos, deben sentir que reciben la misma preocupación y amor con el respeto que conllevan sus distintos caminos.


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Olga Victoria Quintana Rojas

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