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3 vías por las que recibimos nuestra herencia


Heredamos inconscientemente un mecanismo de supervivencia creado por la naturaleza misma, una seria de códigos que determinan nuestra relación con el medio.


1. Inconsciente biológico.


Nuestra mente, o más bien nuestro cerebro, puede dividirse en dos categorías según su forma de funcionar y su localización. Como característica propia de los seres humanos, nuestro cerebro posee lo que se denomina neocórtex o corteza cerebral, que es el responsable del pensamiento consciente, del razocinio y de la lógica. Mientras que el resto del cerebro (sustancia blanca, cerebelo y tronco cerebral) se ocupan de los mecanismos más inconscientes, relacionados todos ellos con la supervivencia del individuo. Nuestro inconsciente procesa toda la información del ambiente, para generar respuestas a nivel fisiológico en nuestro cuerpo, de forma que podamos adaptarnos más eficientemente a nuestro entorno. Por ejemplo, si tenemos mucho frío, el corazón palpita más rápidamente para incrementar el riego sanguíneo y así calentar el cuerpo. Esto sucede automáticamente. Pero no es una respuesta que ocurra solamente en seres humanos, sino que en general, todos los seres vivos, poseen este tipo de interacción inconsciente con el medio. Todos estos mecanismos de supervivencia, comunes a la mayoría de las especies, son gestionados por el inconsciente biológico, y los seres humanos lo heredan como un mecanismo de supervivencia creado por la naturaleza misma.


“No hemos obtenido ninguna explicación científica sobre la visión ordinaria de que cada una de las especies han sido creadas independientemente”. (Charles Darwin)


2. Inconsciente familiar: Transgeneracional.


El inconsciente familiar viene a ser una representación del inconsciente biológico, que se concreta en un ambiente más definido, y que se relaciona con un entorno más específico, en este caso el de la familia. De igual forma que el inconsciente biológico contiene toda la información para que podamos sobrevivir en este mundo, en este eco-sistema planetario, el inconsciente familiar reduce su aplicación a eventos y circunstancias, en definitiva, al ambiente que experimenta cada familia, y trasmite esta información para que se pueda perpetuar el clan. De esta forma heredamos, de nuestros antepasados, una serie de códigos por los que se determina, inconscientemente, nuestra relación con el medio (personas, trabajo, familia, etc.).


En Bioneuroemoción llamamos a estos códigos programas. Hemos de tener en cuenta que estos programas actuarán a través de nosotros siempre y cuando nuestro inconsciente crea que sean necesarios para asegurar nuestra supervivencia, es decir, tienen una intención positiva. Todo programa tiene una intención positiva, pero cada intención positiva puede ser cubierta por varios programas, lo que supone que podemos reescribir nuestra forma de adaptarnos al medio, a través de nuevas creencias y emociones, que sirvan para suplir estas necesidades biológicas básicas. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿para qué hacemos lo que hacemos? En el momento que sabemos la finalidad de nuestro comportamiento (programas), podemos entonces buscar otras soluciones.


“Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. (Charles Darwin)


3. Inconsciente colectivo: evolución y conciencia.


Como hemos visto anteriormente, nuestro inconsciente almacena toda la información que cree necesaria para asegurar la supervivencia. Desde la manera más eficiente de procesar el aire que respiramos, hasta la forma que tenemos de relacionarnos con otras personas. Esto fija una dirección concreta, una finalidad que es inherente a la biología y en definitiva a todos los seres vivos del planeta: supervivencia.


Como explicación de lo anterior, surgen las investigaciones del biólogo Rupert Sheldrake y sus contribuciones a la teoría de los campos morfogenéticos. Según Sheldrake, cada especie posee su propio campo mental planetario, que provee a todos los individuos de la misma de una memoria común, y a la que todos contribuyen. Como ejemplo de lo anterior encontramos los experimentos de Lyall Watson, por los que se probó que cualquier nuevo conocimiento que adquiera un número determinado de individuos, está disponible para el resto de la especie de forma automática. Concepto que denominó “masa crítica”.


La evolución está basada en estos principios. Nuestra forma de adaptarnos al entorno es lo que la define, y el desarrollo de nuestra especie pasa por las decisiones que tomamos día a día como individuos.


“Esta tierra es uno de los raros lugares del cosmos donde la mente ha florecido. El hombre es un producto de casi tres mil millones de años de evolución, en cuya persona el proceso evolutivo por fin ha tomado conciencia de sí mismo y de sus posibilidades. Le guste o no, él es el responsable de toda la evolución de nuestro planeta”. (Julian Huxley)


Enric Corbera

Tomado de la pagina de Enric Corbera Institute


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Olga Victoria Quintana Rojas

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