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"El dinero es amor que fluye”



Sería mejor hablar de “recibir y dar”, mucho más que “dar y recibir” y más precisamente de “tomar y dar”. ¿Por qué? y ¿qué significa “tomar y dar”?

Existimos gracias al abrazo que se dieron nuestros padres biológicos. Somos cada uno una mezcla única de sus cromosomas y genes. Haya pasado lo que haya pasado, nuestra vida se la debemos primero a ellos. Existimos porque recibimos la vida de ellos.

Si nos abrimos incondicionalmente a la vida que nos han transmitido y que se perfila hacia delante entonces la vida fluirá a través de nosotros y se volverá bondadosa.


Al abrirnos, aceptamos incondicionalmente y activamente a los padres. Eso es el “tomar” a la madre y al padre.


“Madre, te tomo como mi madre, tal y como eres. Gracias por la vida que me has dado. La tomo incondicionalmente de ti. Gracias por ser mi madre. Para agradecértelo, lo que me falta me lo busco yo. Para darte las gracias me pongo al servicio de la vida”


“Padre, te tomo como mi padre, tal y como eres. Gracias por la vida que me has dado. La tomo incondicionalmente de ti. Gracias por ser mi padre. Para darte las gracias, lo que me falta me lo busco yo. Para darte las gracias me pongo al servicio de la vida”


¿Qué pasa cuando algo de los padres no nos gusta? El sistema familiar, o consciencia, campo o alma familiar, vela por la integridad del grupo, del clan; todos los miembros pertenecen al clan, hayan hecho lo que hayan hecho. De modo que si alguien rechaza a otro, quiere eliminar a otro, esa intención choca frontalmente con la unidad y supervivencia del grupo y el sistema familiar automáticamente, de un modo ciego, reintroduce al rechazado bajo forma de fracasos, enfermedades o accidentes, en la vida de la persona que le rechazó o de sus familiares más jóvenes.


Y uno de los fracasos más evidentes es el de la abundancia. La abundancia nos viene como respuesta a nuestro amor. Pero ¿qué amor hay en querer sólo lo amable de los padres y de sus familias? El amor recompensado por el sistema familiar es el amor a todos como son, como fueron: la compasión para con el tío abuelo soltero amargado y autoritario, el bisabuelo que arruinó a su familia, la madre que abandonó el hogar, el abuelo alcohólico, etc.

Y ¿Qué ocurre cuando asentimos a todo, sin juicio? La carga negativa de la herencia desaparece, sólo se van a transmitir fuerza y amor.


Estar en el sí a todo como es y en el agradecimiento incondicional a la vida como es estar en sintonía con el espíritu. Y la respuesta del espíritu a nuestra entrega es la abundancia. La abundancia pertenece al campo del espíritu.


“Te tomo como mi madre, tal y como eres. Eres la única madre posible para mi. Eres la mejor madre posible para mi.”

“Te tomo como mi padre, tal y como eres”.

“yo soy un desafío, soy la fusión de vuestras dos familias, con mentalidades y responsabilidades opuestas. Y recojo el desafío que me ofrece la vida. Tal y como soy, fusión de seres distintos, me pongo al servicio de la vida.”


En los humanos existe un impulso instintivo, biológico, hormonal, a devolver lo que hemos recibido. Gracias a ello existen las relaciones entre los seres humanos y entre los pueblos. Por el hecho de haber recibido la vida de nuestros padres, estamos impulsados a compensarlos. Y como no podemos compensarles la vida que nos dieron, lo hacemos con los demás, dando la vida a otros, trabajando al servicio de la vida de otros. Toda nuestra vida adulta está impulsada por nuestra necesidad de compensar lo que recibimos de los padres. Y a su vez el entorno, el mundo, la sociedad, nos compensa con su gratificación en forma de reconocimiento y dinero.


Por lo que cuanto menos aceptemos a nuestros padres, a su cultura, su educación, su carácter, país de origen, religión, etc. menos impulso para compensar vamos a tener, menos gusto para el trabajo, para la entrega a los demás, para el compromiso. Y por lo tanto tampoco el entorno nos compensará, la abundancia pasará de largo.


La abundancia, la prosperidad es una respuesta sistémica del movimiento del espíritu al respeto incondicional para con los padres, al agradecimiento incondicional a lo que viene con ellos: cultura, país, nivel económico, lengua, ideología, etc. Agradecimiento a la vida como es. Respeto y aceptación de todos. De todos significa incluso de los que dan miedo, rabia o repugnancia, y sobre todo de ellos.


Bert Hellinger

12 de febrero de 2015


Equilibrar el dar y recibir. Compensar lo recibido

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