He dejado de ser YO
Nos acostumbramos a ser o mejor dicho, a actuar de una manera. Vamos aprendiendo errores que nuestros padres aprendieron de sus padres y ellos de sus padres y así sucesivamente.
Crecemos con un monton de paradigmas que lo más que hacen es limitarnos y reprimirnos constantemente sin motivo alguno. A veces ni siquiera tenemos idea de por qué hacemos tal o cual acción. En ocasiones esas acciones que no pensamos porque se vuelven inconscientes, nos causan grandes dolores, desilusiones y frustraciones. Por ellas llegamos a deteriorar relaciones, rompemos matrimonios, amistades de años e incluso hasta relación con familiares o nos rompemos nosotros mismos.
Esos paradigmas como: "No te dejes que te vean la cara, si alguien te miente no lo perdones y mejor dejalo", "Quien te miente una vez lo hará cien veces", "Si te pegan, pega tú", "Mas vale que te lloren en tu casa que en la mía", " El que pega primero pega dos veces", "No confíes en la gente, todas las personas son malas", "Todos los hombres son malos", "El sexo es sucio", "El dinero sólo lo tienen los deshonestos, mas vale ser pobre", "Todas las mujeres estan locas y nadie las entiende", y todos los demás que te sepas que te puedan limitar a mantener relaciones adecuadas contigo y con los demás.
Muchos dicen YO SOY ASÍ Y YA NO PUEDO CAMBIAR, TENGO DEMASIADOS AÑOS Y YA NO PUEDO SER DIFERENTE. Lo cierto es que eso no representa nuestro Ser sino nuestro Hacer, son sólo acciones que podemos cambiar haciendolas conscientes, generalmente en terapia o con algunas otras herramientas como cursos, libros, etc.
Lo difícil resulta cuando nos ponemos a pensar en que si cambiamos entonces dejaremos de ser nosotros mismos, actuar de modo diferente implica que nos adecuemos a muchos cambios que nos dan miedo porque no sabemos manejarlos por lo que aún cuando nos acercamos de repente a alguna intención mejor nos regresamos, nos saboteamos y seguimos actuando igual y por supuesto teniendo los mismos resultados. La idea es algo así como cuando nos duele la muela y por el miedo que nos da ir al dentista nos pasamos con ese dolor por muchos días e incluso meses hasta que no podemos mas con el dolor y vamos, quiza a pasar dolor en el consultorio del dentista pero es un dolor que pasa en un momento y nos quita el que traemos constanetemente. Y luego resulta que después de haber vivido por mucho tiempo con ese dolor ya nos habíamos acostumbrado y nos sentimos muy raros sin él.
En general llega a pasar igual con nuestras emociones, con nuestros actos, que nos acostumbramos a Sobrevivir, no encontramos salidas, vivimos dolidos, acongojados, ansiosos, estresados y pensar en vivir en paz es algo extraño a lo que le tememos simplemente porque no estamos acostumbrados a ello, gastar la energía que gastamos en preocuparnos en vez de ocuparnos y ver de repente que nos sobra energía positiva y no sabemos que hacer con ella.
Muchas personas dejan las terapias o ni siquiera las comienzan por estos temores, porque se necesita mucha consciencia y bastante fortaleza para decidirse a cambiar, a dejar pasar la crisis y permitirles que rompan con la rutina que ya nos cansa para darnos permiso de vivir en paz, con calidez y con calidad.
Dejemos de Ser (hacer), lo que hacemos para comenzar a llevar una vida plena y repleta de novedades que nos permitiran crecer cada día. Seguro sentiremos que hemos dejado de ser YO, que la vida se vuelve incluso hasta aburrida porque ya no tenemos de qué preocuparnos, sin embargo, valdrá la pena porque veremos muchas miles de posibilidades y abriremos horizontes que no teníamos ni idea que existen y que nos harán la vida mas divertida y diversificada.
Psic. Claudia Hernández Macías
Foto: BRENCH HERNANDEZ MACIAS
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