La madre nos conecta a la vida.
La madre nos conecta a la vida.
La felicidad empieza muy temprano, empieza con la madre y se sigue manteniendo en la relación con ella. El camino de la felicidad se interrumpe cuando perdemos el contacto con la madre.
La vida nos viene en primer lugar de nuestra madre. Así como tomamos a nuestra madre, así tomamos la vida. Lo que tengamos como recriminación hacia nuestra madre, lo tenemos como recriminación hacia nuestra vida. Todo aquel que da la espalda a su madre, da la espalda a su vida. De ahí que nuestra vida se logra primeramente en nuestra relación con nuestra madre.
Todas las relaciones posteriores, incluyendo las relaciones de pareja, reflejan la relación original con la madre. Por eso, resulta poco provechoso trabajar directamente sobre una relación si no hemos antes encontrado a nuestra madre en un nivel profundo y pleno.
BERT HELLINGER
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