Es un momento en el cual a través de diversas corrientes de pensamiento, se habla mucho acerca del en la pareja, y estoy de acuerdo hasta cierto punto, pero también he visto cómo determinados conceptos llevan a error, o uno los usa para el propio beneficio del ego, porque en muchas ocasiones son malentendidos, si no se aprecian los matices sutiles de cada uno, y el concepto de "desapego" es uno de ellos.
Desapego no significa no entregarse al amor, más bien significa no volcar las expectativas de la propia felicidad sobre la pareja, lo cual es muy diferente.
El apego en la pareja, tiene que ver con la necesidad, o el "esperar" que la pareja solucione nuestras faltas de amor, y eso es imposible, porque esa falta de amor, muy probablemente, proviene de nuestra relación con los padres, por tanto, es ahí donde tenemos que poner la atención para sanar.
Cuando inconscientemente buscamos a nuestros padres en la pareja, es una de las razones de que la relación de pareja no resulte como nos hubiera gustado, sencillamente porque el amor hacia nuestros padres no puede ser reemplazado por nadie. Cada uno ocupa su lugar, y cada lugar es sagrado e irreemplazable.
Desapego es querer bien a la pareja, en el sentido de aceptar que hay cosas que no nos puede dar, sencillamente porque no le corresponde darnos, porque no es su papel. A través del trabajo de Constelaciones Familiares, podemos ver, que cuando tomamos todo lo que nuestros padres nos dan, independientemente de que creamos que es mucho o poco, y lo aceptamos sin exigir nada más, ya no exigimos a la pareja, al menos no de la misma forma, y se puede dar una relación de igual a igual, ya que además, el exceso de exigencia es falta de amor hacia el otro y hacia uno mismo.
El apego tiene dos caras: una es la necesidad de la que hemos hablado, y la otra es la contraria, "el no querer una pareja", que refleja la misma falta de amor y/o de entrega. Entonces, el problema de base es el mismo. Alguien que a nivel consciente o inconsciente no quiere pareja, es porque no ha aceptado incondicionalmente a sus padres, o las experiencias de vida que ha tenido, por tanto, si no toma de sus padres, no puede darse a otra persona y está cerrada al amor. La primera experiencia de amor la tenemos con nuestros padres, e independientemente de cómo haya sido ésta, no la podemos cambiar, pero sí aceptar tal y como ha sido, sin exigirles otra cosa, no sólo explícitamente, sino también a nivel interno.
El trabajo con Constelaciones muestra cómo esta exigencia a veces no se manifiesta explícitamente, pero sí a nivel inconsciente. También puede mostrarnos si estamos o no abiertos a la pareja, más allá de lo que creamos, ya que sacan a la luz el inconsciente en el que nos movemos, por eso nos ayudan a tomar consciencia de que hay situaciones que dependen de nuestro propio cambio interior, y el exterior refleja cómo estamos por dentro.
Hay personas que viven las relaciones con un pie dentro y otro fuera, es decir, sin poder entregarse del todo, porque cada vez que sienten que van a enamorarse, por un lado sienten el amor, pero a la vez conectan con un miedo y/o agobio que les hace salir corriendo, y ello, puede deberse a un movimiento interrumpido con la madre, o separación temprana en la infancia.
Esto no significa que la madre haya abandonado al hijo, ha podido ser por un destete muy abrupto, porque uno de los dos se enfermó y tuvo que ir al hospital, etc. El movimiento interrumpido, es algo que también puede verse a través de las Constelaciones Familiares. Cuando éste es el caso, la persona, al haberse separado de su madre, la cuál es la persona con la que mayor vínculo ha tenido, sintió un gran dolor, y más tarde, para no volver a conectar con ese dolor, se alejan de la persona a la que aman, incluso conectan con cierto sentimiento de agresividad en su vida. Por tanto, cada vez que vuelve a presentarse en su vida alguien a quien amar, conectan con el dolor ante la separación de la madre, y se alejan o separan, por miedo al abandono o a otra separación.
Por eso algunas personas que dicen que no quieren pareja, en el fondo lo están deseando, pero en ocasiones, el miedo al abandono o el dolor de la separación, es más fuerte que el deseo de estar en pareja, por eso cuando surge la posibilidad de un acercamiento más íntimo con alguien, algo les hace salir corriendo o sienten que se agobian.
El movimiento interrumpido también es aplicado a cuando se ha tenido un hermano gemelo que no ha llegado a nacer, y esto es más común de lo que creemos, ya que la mayoría de las veces el gemelo se pierde en el primer trimestre del embarazo, antes incluso de la primera ecografía, teniendo en cuenta además que las ecografías existen desde hace relativamente poco tiempo.
Idealizamos precisamente cuando no ponemos a la pareja de igual a igual con respecto a nosotros, cuando la ponemos por encima, y si esto ocurre, ¿quién está antes que nosotros, de quién nos viene la vida? De nuestros padres. Pero a la vez es muy fácil confundir el "no idealizar", con "desconfiar", y nada tiene que ver una cosa con otra. Idealizar es esperar que nos amen como si fuéramos niños pequeños, y un niño pequeño lo que busca es el amor de sus padres, no el de una pareja. "No idealizar" es en el sentido de una relación basada en mirar a otro de igual a igual, liberándole de la expectativa de que nos tiene que hacer feliz.
No tener expectativas, también en el sentido de vivir plenamente el amor en el presente, en el aquí y el ahora, no en el sentido de controlar los sentimientos para no sentir o evitar enamorarnos. Más bien al contrario, es rendirnos al amor, a la emoción del presente y ver dónde nos lleva. En el "control" no hay un fluir con la Vida, y si no fluimos con la Vida, nos separamos del amor.
Desear la realización en la pareja es algo natural, inherente a nuestra naturaleza de seres humanos. Por tanto, no hay que confundir el concepto de "desapego", con desconfianza, ni con tener que renunciar al deseo de vivir la experiencia de la pareja, al contrario, cuanto más abiertos estamos a la Vida, más abiertos estamos al amor, y a través de la energía del amor, llega todo, entre otras cosas, la pareja.
Una de las formas de crecer es través de la relación de pareja, por eso cuando no queremos crecer y seguir siendo como niños, nos negamos inconscientemente esta posibilidad, pues si todo a nuestro alrededor es un espejo de nosotros mismos, la pareja es un espejo amplificado que nos muestra cosas de nosotros mismos, que de otra forma nos sería más difícil ver.
A veces también esperamos que la nueva pareja reemplace a la anterior, o venga a sanar heridas todavía abiertas de parejas anteriores, y a través de las Constelaciones Familiares vemos que esto no es posible. Es necesario poder sanar todo con las parejas anteriores, haya pasado lo que haya pasado, honrarles y respetarles tal y como son hasta poder agradecerles, para que una nueva relación pueda fluir.
En definitiva, las relaciones de pareja es un camino de crecimiento inexorable que merece la pena experimentar, porque al final, siempre nos lleva a un lugar de nosotros mismos, muy dentro, muy profundo, donde necesitamos mirar, y al mirarlo crecemos mucho más allá de lo que hubiéramos podido imaginar. Adelante!
Cristina Cáceres
Psicóloga colegiada. Especialista en Constelaciones Familiares
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