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Sobre el Amor y la pareja
¿Conocemos a nuestra pareja? ¿O sólo conocemos la superficie y la profundidad se nos mantiene oculta? Pero con una larga mirada a los ojos surge algo diferente de nuestra pareja. Ahora podría decir algo sobre relaciones de pareja y cómo logran el éxito.
La relación de pareja comienza y ahí me refiero a la verdadera relación de pareja, no el estado de enamoramiento. Después de estar enamorados nos damos cuenta que la pareja es diferente a lo que nosotros habíamos supuesto y ahí comienza el primer paso al verdadero amor.
Miramos a nuestra pareja como él o ella es.
Y asentimos a nuestra pareja tal como es.
Es decir, le decimos a nuestra pareja, “Sí”.
Pero, ¿Realmente le decimos “Sí”?
¿Ya lo hemos percibido?
Y con este ejercicio tuvieron que reconocer que ahí, en nuestra pareja, se encuentra mucho más de lo que hasta ahora hemos percibido. Si le miro a la pareja a los ojos mi mirada llega a otra profundidad. Yo reconozco que mi pareja está vinculada a otros destinos, a un destino que yo no comprendo. Pero mirándole así a los ojos de pronto brilla algo. No sólo ese destino, sino muchos otros.
Por ejemplo muchos otros de su familia y surge a la luz su hogar, su patria ante todo, si él o ella provienen de otra tierra y de otra cultura. Entonces están ahí presentes con aquello que les concierne, por ejemplo que ellos vivencian como una culpa, también con sus intrincaciones con su propia familia y, tal vez, también son atraídos hacia otras cosas, a otro destino. Lo que, tal vez, hasta le aleje de nosotros.
Entonces le miramos a la pareja a los ojos y, paso a paso, surgen esas relaciones. Tal vez surja también el temor y entonces, a pesar de ello, decimos “Sí”. A primera vista esto significa, le decimos “Sí” a su madre y a su padre y a los destinos de su familia. Y también le decimos “Sí” a todo su pasado y todo lo que detrás de ello se esconde.
A cerrar los ojos.
Volvemos a imaginarnos a nuestra pareja.
Le miramos a los ojos y de pronto en esa mirada hacia él o ella somos llevados a otra dimensión.
Y sea lo que fuera lo que aparece, asentimos a ello y decimos
“Sí a cómo eres”,
“Sí a cómo fuiste”,
“Sí adonde eres llevado”.
Ok.
Han notado la diferencia del enamoramiento, por ejemplo, de este modo.
Logramos en las relaciones de pareja otra profundidad y, ¿Cuál es la consecuencia? ¿Podemos seguir con los intentos de cambiar a nuestra pareja? ¿Cambiarlo para que se haga como nosotros? ¿Y qué sucede si asentimos al movimiento de que pueda ser tal como es? ¿Con quién nos encontramos en profunda conexión?
Con nosotros mismos. Con nuestro lado oculto y también con aquello que rechazamos de nosotros o de lo que nos queremos deshacer.
Debido a ello, cada uno puede transitar su propio camino sin intervenir en el del otro y al final se muestra nuestro camino en común.
Y ahora regresamos al ejercicio. Después de esta información y después de este movimiento nos volvemos a tomar tiempo para mirar a nuestra pareja con un profundo asentimiento como ella o él son.
¿Pudieron registrar la diferencia? ¿La otra profundidad? ¿La otra fuerza?
¿Cómo se sienten ahora?
A cerrar los ojos y comprueben en ustedes y miren a vuestra relación de pareja.
¿Cuánto quieren tomar? ¿Y cuanto están dispuestos a dar?
¿Están esperando a la pareja o se acercan a ella?
Y luego comprueben, ¿Cómo es el movimiento hacia la madre y cómo este movimiento se vuelve a repetir en la relación de pareja? Y si notan que se mantienen sea cuales fueron los motivos.
Entonces se imaginan que se están acercando a su pareja con los ojos abiertos. Con los brazos abiertos, paso a paso. Si, tal vez, les cuesta mucho, lo repiten hasta que logren ese movimiento “hacia”.
¿Comprendieron algo sobre su felicidad en la relación de pareja, algo como una mayor amplitud?
¿Algo más acerca de la relación de pareja?
Una relación de pareja tiene como condición previa es que en la pareja se dé un intercambio: el dar y tomar. La relación de pareja tiene éxito cuando todos al principio toman lo que el otro obsequia. Cuando el otro quiere darles algo lo toman con amor. Entonces no se soporta este estado. El que sólo toma siente una profunda necesidad de también darle algo. Le devuelven al otro algo equivalente y, si está exactamente equilibrado, entonces termina la relación porque no se deben ya nada el uno al otro. Pero el que recibió algo le devuelve al otro algo más, porque lo ama. Entonces, ¿Qué hace el otro? También devuelve un poco más, y el otro nuevamente un poco más, y más, y más. Y eso se convierte en una relación feliz. El amor crece continuamente a través del dar y tomar. ¿Lo entienden? Esta es la necesidad de la compensación. Y además está al servicio del amor.
Bert Hellinger
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Olga Victoria Quintana Rojas
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